Nuestra Historia

UN LARGO Y GLORIOSO PASADO,
UN APASIONANTE PRESENTE,
UN FUTURO DESAFIANTE Y ESPERANZADOR


"Hace 800 años, en medio de una sociedad de señores feudales y de damas opulentas, Dios suscitó un poeta de la ternura y la jovialidad, un profeta de la perfecta alegría: Francisco el pobrecillo; Francisco de Asís, el Hermanito Menor." (Pedro Casaldáliga) 

Al canto y la alegría de Francisco, se unió la juvenil y ardorosa pasión de una mujer radical: la noble y hermosa Clara. Clara y Francisco, tomados de la mano, caminan tras las huellas de Jesús en total libertad, dejando a un lado el mundo injusto de la sociedad de Asís, ambicioso y excluyente, ellos creen en la posibilidad de la construcción de una forma nueva de comunidad; todo el proyecto franciscano se resume en dos palabras: una fraternidad menor.

Pronto a Francisco y a Clara se unen centenares de hombres y mujeres que sueñan con ser, como ellos, "hermanos" y "menores". Con el Evangelio de Jesús como ruta, los hermanos y hermanas de entonces se sienten más que nunca verdaderos "Hijos de Dios", y por tanto, "hermanos del universo", capaces de llamar hermanos a todos, al sol, a la luna, al lobo, al leproso.

800 años han pasado desde aquella explosión creativa del Espíritu, y los destellos del primer momento siguen esparciéndose a través de los siglos. Han pasado ocho siglos de historia franciscana marcados por hermanos y hermanas realmente sorprendentes, con la santidad de un Antonio de Padua, la sabiduría de Buenaventura y de Juan Duns Escoto, la visión de Roger Bacon, la pasión de Bernardino de Siena, la entrega generosa de Maximiliano Kolbe, la audacia misionera de Bernarda, Caridad y María de la Pasión, la humildad de Pascual y de Diego de Alcalá, la penitencia de Pedro de Alcántara, y el testimonio fiel de miles de hermanos y hermanas que sin ser elevados a los altares, desde el más completo anonimato, han adornado la casa de Francisco de Asís, siendo humildes servidores de Jesús, pobre y crucificado.

El Espíritu Franciscano ha permanecido vivo. No nos corresponde solo contar la gloriosa historia octocentenaria, sino comprometernos con hacer nuestra parte en el "aquí" y el "hoy"  de la historia que nos ha correspondido vivir, y dar nuestro impulso a un viento que inició con los pequeños Francisco y Clara.

"Hoy" y "Aquí" corresponde para nosotros a la Colombia del siglo XXI. ¿Cómo ser Hermanos Menores en la actual realidad colombiana? Esa fue la pregunta que nos hicimos un grupo de frailes franciscanos hace algunas décadas. Sentimos que el mismo Espíritu que condujo a Francisco al bosque de Santa María de los Ángeles, nos ha conducido a los bosques de hoy, los lugares del miedo en donde habitan los actuales leprosos: las barriadas de las grandes capitales, las zonas rurales, los palenques, las costas y los resguardos indígenas. Establecidos en estos sitios periféricos, queremos vivir como auténticos pobres, soñando y construyendo con los empobrecidos de hoy, la nueva tierra, el mismo y eterno proyecto evangélico y franciscano de una fraternidad menor.